La crisis del COVID-19 pasará, no tenemos la menor duda, pero según los expertos la crisis económica que se avecina supondrá un golpe fuerte en nuestra sociedad. Tener herramientas de soporte colectivo y solidaridad ya creadas sirve de antídoto para resistir.

Las monedas sociales han demostrado ser un instrumento contracíclico en las crisis.

El ejemplo más recurrente es el del Worgl, una pequeña localidad austriaca que resistió a los años posteriores a la crisis del 29 gracias a su propia moneda, incrementando un 25% su ratio de empleo respecto de localidades vecinas. El experimento fue un éxito y estaba basado en la teoría económica de Silvio Gesell y su oxidación monetaria. La moneda perdía valor si no circulaba. Esto hizo que todo el mundo quisiera quitarse el dinero de las manos y adquiría bienes y servicios que beneficiaban a su comunidad. Hay estudios que demuestran que una unidad monetaria que circula a nivel local y no abandona el territorio, genera tres veces más riqueza que una unidad monetaria que sí lo hace. ¿Por qué? Porque la unidad monetaria gastada por una persona, es la unidad monetaria que paga el salario a otra. Así de fácil. Una unidad monetaria que “se fuga” deja de circular en el territorio y por tanto, de generar riqueza local.

Las economías locales se robustecen si existe una red de intercambios densa en las mismas, y si lo hacen con su propia moneda, todavía más, porque son “locales por diseño”. No sirven para pagar en grandes superficies, por ejemplo.

Por otro lado, las monedas locales son contracíclicas, es decir, sirven de herramienta de gasto cuando la moneda convencional escasea. Los dos vídeos inferiores son de Will Ruddick, el promotor de una moneda social en Kenia. Ha inventado dos modelos matemáticos que demuestran la resistencia de las monedas sociales ante las crisis.

En el Mercado Social de Madrid ya contamos con una moneda social, los etics.

Y ahora piensa, ¿si con tu unidad monetaria ayudaras a resistir a una red de comercio local que cumple las premisas de la economía social y solidaria? ¿si tu unidad monetaria se convirtiera en una herramienta de cambio, un arma de transformación?

Si eres una entidad del Mercado Social, y realizas intercambios dentro, te bonificas. Recibes unidades monetarias – etics – solo por promover la ESS. Te animamos a que los uses para adquirir bienes y servicios. Te animamos a que revises tus proveedores y que compruebes que están dentro de la red. Te animamos a que seas prescriptora con los que no lo son. Tener nuestra propia moneda nos da alas. Nos da solvencia cuando la moneda convencional escasea. Fortalece la red.

Si eres una consumidora final, una persona, socia del Mercado Social, lo mismo. Si realizas compras dentro, las entidades bonifican y además, ayudas a hacer la red más resistente. En estos tiempos, incrementa tu responsabilidad. Piensa en la explotación que sufren algunas trabajadoras. Reflexiona sobre el impacto ambiental de tus compras.

Usemos las herramientas que tenemos a nuestro alcance.